lunes, 1 de diciembre de 2008

Un perro andaluz

(Un chien andalou)
Francia. 25 min.
Blanco y negro.
Versión original silente con música.

Dirección: Luis Buñuel
Producción: Luis Buñuel
Guión: Luis Buñuel y salvador Dalí
Dirección de fotografía: Albert duverger
diseño de producción: schilzneck
música: fragmentos de "tristán e isolda" de wagnery un tango argentino
edición: luis buñuel

reparto:
pierre batcheff (el ciclista)
simone mareuil (la joven)
fano mesan (el andrógino)
luis buñuel (el hombre que corta el ojo)
xaume miravitlles (un seminarista)
salvador dalí (otro seminarista)

Es un
cortometraje de 17 minutos, el rodaje duró 15 días. mudo en 1960. un perro andaluz está considerada la película más significativa del cine surrealista.
Remite constantemente al delirio y al sueño, tanto en las imágenes producidas como en el uso de un tiempo no cronológico de las secuencias.
La película comienza con el rótulo "érase una vez". un hombre (luis buñuel, como actor) afila una navaja de afeitar mientras observa, asomándose al balcón, cómo una filosa nube corta la luna. del mismo modo, él secciona el ojo a una mujer.
Luego de un tiempo: un ciclista (pierre batcheff) pedalea por una calle desierta. está ataviado con unos estrafalarios complementos: manteles blancos, tocado de monja, una caja a rayas diagonales a modo de colgante sobre el pecho... en tanto la joven de antes, que estaba leyendo, siente algo y se levanta, tirando el libro al suelo, que se queda justo abierto en una reproducción de
la encajera, de vermeer. el ciclista se detiene y cae golpeándose la cabeza bruscamente contra el filo de la acera. ella corre escaleras abajo y lo besa frenéticamente de vuelta a la habitación, dispone las ropas del ciclista encima de la cama, como recomponiendo la imagen del cuerpo. al darse la vuelta, ve al mismo hombre mirando las hormigas que surgen de un agujero negro de su mano. mediante fundidos encadenados, se transforma en el vello axilar, un erizo de mar y en un grupo de personas que rodean a una mujer de apariencia andrógina que tantea con un bastón una mano cortada que yace en medio de la calle. un policía recoge la mano, se la entrega y el andrógino la mete en la caja de rayas diagonales que llevaba el ciclista. la gente se “disuelve” y un coche atropella al andrógino, dejándolo en el suelo inerte. Por último se ve, en un desierto sin horizonte, enterrado hasta el pecho, al protagonista y a la joven, «ciego, con los vestidos desgarrados, devorados por los rayos del sol y un enjambre de insectos.

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